Cuando sea la madruga
y me cantes ese crisol
de canciones enraizadas
dentro tuya, en tu interior
naufrago de tu piel;
allí, enciérrame en el molde
con el fuego de un desierto
y alma consumida en versos.
Suenas a río subterráneo;
afluente calmado
entorno a las piedras
que giran debajo
y empujan el arco
de tus dedos anestesiados
sobre mi espalda.
Eres la ley sin escribir,
la sustancia invisible,
el recuerdo del fondo,
las palabras escondidas,
un tiempo sin horas,
el ser y el alma,
la locura en movimiento
de los panteones del cuerpo.
Teo,son palabras conformando
ResponderEliminaruna muy muy bella poesia Amigo
realmente me gusta, más la leo
más me gusta
baci
Muchas Gracias Cuore, me anima siempre tenerte cerca.
ResponderEliminarBesos
baci