5 de enero de 2010

Gracias al ministerio de cultura

No lo entendemos


Señora Ministra, yo comenzaría por la campaña de sensibilización, pues he de decirla que no entiendo por qué se emperreta en defender la Propiedad Intelectual. Le pondré un ejemplo, mañana me acerco a una tienda de muebles, por ejemplo IKEA, compro seis sillas, las pago y asunto acabado. Soy el propietario de esas sillas y estoy autorizado para colocarlas por igual en el comedor de mi casa para sentarme yo y mi familia en ellas, o colocarlas en un bar para que se siente el público, sin que ello suponga nada delictivo, ni tenga que pedir permiso al distribuidor ni al fabricante y además sin que el diseñador de las sillas tenga la sensación de que le robo parte de sus derechos por el hecho de que cada media hora se pose en ellas un culo diferente al de quien las adquirió.

Si compro algo, pasa a ser mío


Suponga que en vez de comprar sillas, hubiera ido a una tienda de música. Por ejemplo FNAC, y hubiera comprado seis CDs. Pues a pesar de haberlos pagado religiosamente, no soy propietario de ellos, pues si bien es legal que los oiga yo y mi familia en la intimidad de mi hogar, si los pongo en el bar para que los oiga el público estoy infringiendo un montón de artículos de la Propiedad Intelectual, si no pago a la SGAE un canon adicional a lo que ya pagué por comprar los CDs.


Sra. Ministra, espero que esas campañas “sensibilizadoras” nos explique por qué esto es así. pues por más vueltas que lo doy, yo no veo la diferencia. Para construir la silla ha hecho falta un diseñador que la proyecte y una industria mueblista que la materialice, al igual que el CD necesita de un músico que lo cree y una industria discográfica que fabrique el CD, ¿qué diferencia hay?.


Fuente: http://www.laflecha.net

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