29 de julio de 2009

pobre mundo

Corazón, no viste a mafalda, dice -pobre mundo, resulta que con todos los problemas que tiene, el pobre, no tiene sexo-.

Va a ser eso, que todos cagamos igual pero a la hora de hacer el amor la cosa cambia. A unos les da por tirar cohetes para cotejar a la hembra, otros entienden, que como acto de amor, lo mejor que pueden hacer es contaminar a su mujer, luego los bebedores de sangre de tierras vírgenes, insaciables esponjas de los pechos de la selva que, con cada gota absorbida, polinizan un desierto del que brota un hijo llamado dinero.
Y como el mundo no tiene sexo es amorfo, irregular, descompensado, y con tendencia a los celos que provoca el cambio de sexo entre la guerra y el amor. Así pues la tierra es en realidad transexual, la guerra pasó de ser femenina a masculina, y el amor viceversa.
Con los papeles cambiados era difícil saber como hacer el amor. Así es como Alejandro Magno conquistó desde Macedonia medio mundo, porque estaba borracho y confundía el amor con la guerra, y la guerra con el amor.
La manera de hacer el amor de Julio Cesar era más efectiva, simplemente con mirar ya inseminaba a la hembra con aquello del, llegué, vi, vencí. Y desde entonces se puso de moda eso de llegar, ver, y vencer.
Los reyes católicos tuvieron juegos eróticos bastante agraciados, era tal la admiración que demostraba el público que hubo hasta sodomasoquismo con un invento de la iglesia: la inquisición.
Pero no olvidemos la revolución pornográfica a la que nos tiene acostumbrados los Estados Unidos de América. En la segunda guerra mundial mantuvo relaciones muy estrechas con Europa, éste mostró indiferencia, y después de una erección sublime de los americanos, mostraron al mundo que tenían la polla más grande: la bomba de Hirosima capaz de perforar ambos sexos indistintamente. EEUU había encontrado una herramienta bisexual perfecta, la que hace que el mundo se cague ante su visión.
Hay muchos más profesionales del intercambio de amor entre naciones, pero les gusta hacer las cosas a puerta cerrada, sin intervención de público ajeno, y por eso hay grandes orgías que preparan silenciosamente en lugares como Guantánamo.
Es impresionante la cantidad de amor que brota entre la gente de diferentes lugares, sobre todo si son de lugares muy lejanos, dando paso al sexo interracial, un buen ejemplo de esto es la relación de Berlusconi con sus inmigrantes.

Cualquier intento por separar el amor de la guerra es efectivamente repelido. El primer intento fue nefasto, después de dos semanas de separación de sexos, el ejercito francés arrasaba con los habitantes de su capital en 1871. Todo porque habían decidido dejar fuera a la burguesía y a los reyes, prohibiendo hacer el amor durante más de ocho horas, ampliando tanto el sexo oral que cuando el ejercito fue a enfrentarse se encontró con coños que hablaban más de diez idiomas, y reduciendo el número de embarazos mediante el reparto equitativo entre besos y abrazos. En fin, el mundo está un poco loco Corazón.

1 comentario:

  1. Hola Teo... entrañable compañero... me subí al asteroide 612 para poder leerte!!!

    Siempre magistral en tus textos...

    REcibe mi cariño de siempre

    aguamarina

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