9 de julio de 2009

Los viajes de Gulliver (II)

Después de todo este tiempo, la vida se ha transformado.

El edificio principal:

La planta más baja es para los dioses y demonios, así como los semidioses y semidemonios que, en contadas ocasiones se mezclan con seres de otras plantas.
Y de la nada salen los humanos, un piso más arriba, se encargan de administrar, alimentar, y soportar el peso del edificio por completo, pero viven en libertad vigilada por los del piso de arriba, donde se custodian los cimientos y se reza a cada dios, por lo visto, desde el comienzo de los tiempos.

Planta Baja. (Los dioses Maksuko y Su Shing):

Para completar
un guiño con el suelo,
su beso,
abierto de par en par,
necesito la locura-cordura
de tu pelo.

Los desiertos de agua
conquistan las tierras,
pensamientos, y el tiempo;
la dirección de tus olas
son caminos abiertos.

Pinta algo y
escribiré sobre tu cuerpo.
Qué apogeo soporta el alma,
se inunda en una marea
de palabras
dispuestas porque sí.
¿Estaría bien que me arrojara contigo al vacío,
o sigo abriendo el grifo hasta llenarme de ti?

1ª Planta (La lluvia):

En el lago Oni, en el extremo norte del cuerno de África, nacieron los hombres y mujeres que forman la sociedad, de la unión de un semidiós (Greot, mitad león mitad dios) y un demonio (Cuasi, perteneciente a la familia tocada por el agua), que había escapado de su reino, causando esto que se cerraran las puertas del lado oscuro.
Greot y Cuasi formaron cordilleras, mares, y ríos, con su breve estancia en la tierra.
El semidiós creó a los primeros humanos de las lágrimas que soltó cuando vio que Causi no podía entrar en el reino claro, pues aunque éste no había cerrado sus puertas, una fuerza la paralizó.
Más tarde, Cuasi, con la ayuda de los humanos construyó un puente que cruzaba por encima del reino. Pero éste fue derruido cuando los dioses supieron de su existencia, cayendo algunos humanos dentro del reino por primera vez. Los dioses se vieron obligados a matarlos a todos menos uno, el príncipe de las mareas, llamado así por un poder oculto que había obtenido de su madre. (tanto los dioses como los demonios son considerados de ambos sexos)
Tiempo después un semidiós sería desterrado por primera vez del reino, pasando éste al reino oscuro. Greot vio como se volvía a abrir la puerta de este reino, y Cuasi fue nuevamente rechazada a acompañarlo quedándose para siempre en la tierra. Motivo por el cual su maldad fue en aumento hasta dominar a toda la humanidad. Y fue el príncipe de las mareas quien, después de dos mil años con los dioses, liberó a la raza humana del desastre final.
Cuenta la leyenda que el príncipe y Cuasi se enfrentaron en el océano índico, quedando convertida esta última en lo que hoy se conoce como la península arábica.
La Mecca es la piedra que los dioses arrojaron para golpear la cabeza de Cuasi, decantando la victoria del lado del príncipe, que poco después falleció debido al intenso combate.
El legado que el príncipe de las mareas legó fue la lluvia, hecho por el cual es recordado en la tierra y en los reinos, ya que su agua es la única que logra filtrarse por entre las grietas de ambas puertas.

2ª Planta (El inframundo):

La inteligencia (el raciocinio) de los hombres no superaría al de cualquier animal sino llega a ser por este submundo que debe su existencia a la cólera que protagonizó Cuasi. Este mal hizo dos agujeros en ambos reinos, agujeros que conducían a la sabiduría y el aprendizaje, tanto del bien como del mal, de los cuales se alimentaba.
Fue tan alto el nivel del submundo que los dioses y los demonios se unieron para combatirlo, logrando así la total extinción de los seres que la habitaban, la mayoría serían definidos como espectros. Ambas partes acordaron meter al inframundo dentro del cerebro de los humanos, expuestos éstos al infinito pues los agujeros fueron imposibles de tapar, sin embargo, se custodia cada nueva idea humana para administrar acto seguido su contrario, así los humanos jamás podrían avanzar en una sola dirección (de bien o mal), ya que es imposible ser el cien por cien de las dos cosas.
El ser humano empezó a comportarse diferente; en ocasiones como dioses, en ocasiones como demonios, en ocasiones como ambos, pero no llegando nunca al poder sobrenatural de unos u otros.

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